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Barco en llamas
"La historia de mi vida no existe.
Eso no existe. Nunca hay centro.
Ni camino, ni línea. Hay vastos
paisajes donde se insinúa que
alguien hubo, no es cierto, no
hubo nadie."
MARGUERITE DURAS


 
 
 
 
 
 
"Siempre es decir
que de aquí nadie sale vivo."
V.Z.


 
 
LA HERIDA INSACIABLE


Puede que haya amantes para la larga hora
que te resta
halagos que te ayuden
culpas que te destruyan
pero no hay sombra de árboles
para tu caminata desértica
no hay agua de manantial
para tu sencilla sed.
Y si el futuro es un reflejo del pasado
si los hechos son ciclos que terminan
y vuelven a comenzar
cómo vas a hacer para escapar
únicamente vos
de aquella casa en llamas
cómo vas a hacer para entender
que no sólo se trata de inhalar y exhalar.

Mirás en el mapa de tus días
rutas cotidianas, caminos rutinarios
deambulás en la simetría de esta parodia
envuelta en las plumas de ángel invulnerable
jugando en la oscuridad
a detectar objetos
a rozar paredes,
sabiendo que la puerta azul que da al otro lado
la preciada salida del laberinto
está en otro castillo
ajeno a tu voluntad.

Pero nadie se pierde en este laberinto
hay signos a veces imperceptibles
que develan la salida;
y la soledad que estrangula
porque es el lenguaje de los huéspedes
de sitios enigmáticos.

Puede que haya dedos tenaces para tus noches
escarbando en el terreno del silencio
para apropiarse de sombras sólo tuyas
de nombres que te pertenecen
de miedos que emergen como corazas
para entenebrecer el aire que respiras
para proteger la carne al rojo vivo.

El vértigo te asoma al borde del abismo
de afuera hacia adentro;
no te deshabites como una casa abandonada
no te exilies de tu propio nombre
que en la Victoria de las tinieblas
los locos despliegan las fiestas de la luz.
 
 
 
 

EL TAROT EQUIVOCADO
 

No cubras tu rostro con las sábanas de la indiferencia
que igual alguien continua golpeando
a tu puerta en las noches solitarias,
no prendas velas a los santos
no plantes ruda macho en la entrada de tu casa
ni cuelgues ramitas de laurel detrás de las bisagras
que el ladrido de los perros en el silencio de lo oscuro
han revelado presagios de un destino
sin azar, sin suerte, sin dados de seis caras.

Escuchá. Son los pasos del viento avanzando
con augurios, sortilegios de dichas y desgracias
entonces carcomida en alma
las manos barajan las cartas del árbol de la vida
desposeída de llaves de mandala
de videncia, de poder místico.

Cuídate del amor que ya no te es ajeno
no es un barco diminuto
singlando en el horizonte.
Cuídate de Los Amantes que esta vez
han arribado a lo oculto de tu orilla
las dos caras de Jano
los dioses gemelos señores de la fuerza y el silencio.

Nuevamente otra partida del destino
las cartas desparramadas sobre la mesa
mientras las ventanas se abren precipitadamente
vuelan las cortinas, suenan los cencerros metálicos
y la llama débil de la vela apenas consumida se apaga
el incienso se volatiliza por el aire lúgubre.
Entonces hablan las voces del misterio
lo leo en El Ahorcado que está invertido
justo a la derecha de tu centro
y el sacrificio supremo te fue concedido
como aquellas imágenes de mártires clavados
por los pies a un travesaño
eternamente colgados cabeza a bajo
como el sueño inmortal de los murciélagos.

Pero quieres descifrar lo indescifrable
quieres conocer nombres tal vez inexistentes.
Aquí está, La Emperatriz, en su trono
abrazando un águila, sosteniendo el bastión del poder
hundida en la mirada soberbia de los arcanos menores
y te habla para tu dicha
de la maternidad jamás resuelta
de tus plantas, de tus flores
de la creatividad asombrosa con que encuentras
grandes mundos en la armonía de tu hogar.

Las preguntas existenciales giran levitando en la habitación
piensa una pregunta; te ordenaron los arcanos
y una vez más las cartas enrarecieron el aire
mil veces te encomendaste a los designios
de los presagios y premoniciones.
Claro, que hay una sola pregunta
y La Sacerdotisa de tu mente te contesta
habrá secretos bajo las piedras
partes ocultas en los rincones recónditos de tu espíritu
fuerzas internas, percepción intuitiva
para las horas que te esperan cautelosas
en la verdadera majestuosidad del tiempo.

Ya no invoques a El Loco con los pies hacia abajo
no plantes tus manos bajo tierra
para adquirir la vitalidad que te falta
y atraer en hechicerías la felicidad
por la cual te llenaste de inútiles amuletos.
Ya no arrojes más monedas
porque la fuente está seca
no cierres los ojos y pidas tres deseos
ni busques en las líneas de tu mano
el mapa del futuro
la gran incógnita develada
que la violencia de tu historia desgarró
con el filo constante de las cartas
la única inocencia que te quedaba
porque el refugio de la poesía
te arrojó al bosque en medianoche
y soltó los sabuesos y los lobos
como todos los verdugos que te pretenden
y permanecen agazapados, a la espera
de una muerte que promete relámpagos
en la dolorosa y corta partida de la vida.
 
 
POESÍA FRAGMENTADA

 
 
Ahogada
anclada al fondo
cuerpo azul
mirada enloquecida
mar escéptico
algas verdosas y elásticas
danzando la canción marina

Ahogada
sobrellevar situaciones
difícil aceptar
mañana quizás flotando
boca abajo
nariz mojada
ojos muertos
persiguiendo nada
aunque elocuente
marea y cuerpo
a la deriva.
 
 
***
 
Traición fortuita
desgaste maternal
instante tragi-cómico
tristeza por demás
amargura en tamaño familiarangustia al por mayor.
 
***
 
Calle abajo
nada arriba
veredas, soledad, rutina, papeles
y si pudiera también
sin lugar a dudas
haría de mi cara
un sustantivo abstracto.
 
 
***
 
Implacable, impaciente
rogar a Dios cada noche
insomnio, despertador
madrugada, diario, café
viajar de a saltos
íntima resignación
desempleado.
Presión
necesidad elemental
signos de pregunta
alterando cualquier gramática.
Cerrar puertas
a veces ni golpear
pies doloridos, zapatos deformados
comida rápida, si es que hay
dormir ya sin soñar
despertador, ojos vidriosos
amanecer excluyente
sólo con experiencia.
 
 
***
 
Indiscutible ausencia
consuelo inhumano
dolencia nocturna
desarraigo vespertino.
Cinco minutos
y el cuerpo saboteado
reclama descarnado
una especie de trascendencia
oriental o musulmana
seguramente harto
del culto burocrático.
 
 
***
 
Lavarropas gigante
dando vueltas hasta marear
el desagradable síntoma
de la continuidad
puente sin bajada ni subida
supuesta responsabilidad
sólo sobrevivir
a la máquina expendedora de boletos.
 
 
***
 
Realidad mítica
verbos superlativos
ventana rota
noche infinito círculo
sofistas regresando
reproches gnoseológicos
Hegel
ojos turbios
salvación ideológica
licores finos
perfumando ocasos
sabiduría a priori.
Sócrates muerto
eterno funeral
pecho descubierto
viuda inconsolable.
Levitación imposible
descenso infernal y lento
bibliografía comprometida
materialismo abstracto
chucherismo nueva religión
inquisición, Dios desconocido
fe sobre plan económico
Santo Tomaspalabras prohibidas.
 
 
***
 
Premisa: angustia
cierta enemistad
vida incompleta
psicólogo desconcertado
escribiendo papeles
colmados de tests
caminata lenta
amor inoportuno
trenes colmados
brazos por las ventanillas
adónde vamos no importa
verano húmedo
mediodía ciudadano
pobreza, suciedad
siesta inconcebible
olor a cigarrillo
almas haciendo
verbos desdichados
inexistente indemnización
vestido azul
corbata marrón
un zapato perdido
entre hierros retorcidos
punto final.
 
 
***
 
Soledad cepo infaltable
parquímetro fuera de tiempo
estacionamiento prohibido
salida de vehículos
lugares reservados
deudas amorosas
cheques incobrables
numerosas cuentas sin fondo
huir veloz, intocable
correr desprotegido
peligro ignorado
finales no previstos
creerse inmortal.
 
 
***
 
Olor a lluvia en el viento
barco en llamas; los brazos
salto inocente
al espejo nocturno
laberinto indescifrable
disparo a quemarropa
soledad a sangre fría.
 
 
***
 
La jungla de las sombras
de leyes sin sentido
de sentidos extremos
se avecina ante el invierno
yo adoro esos árboles
de huesos astillados
que llevan desnudos
mi alma tendida.
 
 
***
 
La vida se disuelve
esperamos un milagro
pensé que tantas manos
señalarían la salida.
La noche se disuelve
quizás entre otros brazos
porque los míos no saben
de las mañanas brillantes
no saben de los pájaros
que hacen malabarismoen los cables telefónicos.
 
 
 
 
EN LOS VERBOS; TU VOZ

Lloro con las orejas, con los dientes, de espaldas, tapada de papeles
lloro sin llorar, sin pañuelos, sin posibles sonrisas
agotada de tanto llanto no nacido
de tanta congoja guardada a más no poder.
Correr con paraguas, con mochilas, con las piernas atadas
y la nariz sangrando
continuar corriendo mientras el sollozo nos quita la respiración
dejando las ropas por el camino, tirando los brazos
desparramando los dedos
envuelta en la taquicardia del corazón que se sale
seguir siempre, seguir a cualquier precio.
Tomar mate sin bombilla, clases de danza, flores marchitas
con las manos temblorosas, con los pies cruzados, fuera de espacio
tomar para nada, tomar y tirar, arrojar, maldecir
las palabras y las fuerzas que a veces se padecen.

Extraño con los ojos hinchados, las uñas desparejas, la bufanda azul y el sombrero sin guantes
desequilibrada porque aun más extraño cuando trato de olvidar
cuánto soy capaz de extrañar
extrañar tapados de cartas, fotos amarillas, flores disecadas
extrañar en verdad, con el amor atrapado entre los dientes
las perchas vacías, las monedas contadas, el reloj detenido.
Arrancar de cuajo, de raíz, o apenas levemente, un tirón sutil
con tenazas, con la fuerza, con la piel, violentamente
arrancar hasta el martirio, en muñones, en tiras, en harapos
despedazados por las calles, desperdigados por la pampa
me arranco del deseo, de los viajes inaccesibles de la memoria
arrancada sin cáliz, despojada de hojas, desarraigada de la tierra.

Crear es creer y querer y desear y separarnos hasta el desgajamiento
te creo hasta la más inverosímil de las patrañas
hasta el último trazo de tu cuerpo
hasta el terrible silencio de algún diálogo
crear con los pies hacia arriba, con el amor entre las piernas
con adobe, yeso, engrudo, con espátula, sin pautas, sin premisas
nos creamos mutuamente y entonces yo te doy un brazo
y vos un tobillo
compulsivos creamos historias para justificarnos y justificarlos.
Dar como si no hubiera nada que perder
demos que también nos dan aunque a veces lo ignoran
pero dar porque no se da más... quizás de tanto dar sin recibir
tal vez de no dar nada y esperar demasiado
me doy a vos por completo, en entero, sin fragmentos
te doy naturalmente, en la fiesta del acto de dar.

Hablar hasta por los codos, sin los labios, con los ojos
después del amor, con la verdad, sin vacilación, sin premeditar
hablemos una vez más con el viento y las aves
si es que comprendemos
hemos hablado tanto pero palabras necesarias
hablan convencidos de tanto bien, de tanta mentira, sucios,
con la lengua llagada por el fuego de la agresión
nos hablan de la lógica y la razón,
de los derechos y las obligaciones
hasta que los oídos escapan como niños horrorizados
de nuestras cabezas.
Ahogar las narices en aguas pantanosas, el cuerpo entero
con los pulmones estallando
los ojos salientes, los nervios crispados,
las manos aferrando, las venas infladas
me ahogo egoísta en un líquido amniótico, dentro
de mis propias fauces
cubierta de mi misma bilis, atragantada con la sangre,
con el vómito, con la injusticia
te ahogo y sin culpa porque es siempre con amor
te hundo en los fondos, te sumerjo hasta que la piel es azul
ahogados probamos las exquisiteces del daño,
el deleite de la asfixia
nos ahogan en falsas aguas, en naufragios seguros,
en botes pinchados, sin salvavidas, sin aire, sin sogas,
sin más palabras que el adiós.
Hablábamos con tan poco conocimiento de los ahogados
ahora nos ahogamos insuficientes entre el cardumen
que nos come enloquecido los pies y el terrible descensode los pasos perdidos.


Este libro fue editado en forma independiente en el año 2003, en Ituzaingó, Provincia de Buenos Aires.
PALABRAS QUE MATAN  
  Ahora que siento que el lenguaje me ha despojado, me ha quitado a mí misma, puedo volver al comienzo, al principio de todo, entonces te hablaré de la carta que escribo; de las comas que estorban y suplantan el quiebre, de las máscaras de los infinitivos, del vértigo de un punto, de esas suaves sombras sordas de los adjetivos, de la condena que propone el sustantivo.
v. z.
 
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